Los jefes se nombran, los líderes surgen. No es lo mismo ser el jefe de un grupo que ser su líder. Estas recomendaciones ayudan a un jefe a ser un buen líder de su equipo:
Respeta diferencias de personalidad y diferencias de habilidades. No todas las personas tienen las mismas habilidades, por lo que no puede exigirse el mismo rendimiento a cada uno de los miembros de un equipo. Un buen líder debe conocer las habilidades de cada integrante del equipo y tiene que ser capaz de determinar cuánto puede esperar de cada uno.
Reconoce la contribución de cada miembro del equipo. Cada uno aporta a su manera, pero debe aportar. Una vez que se haya logrado el objetivo grupal, el líder debe reconocer y señalar la contribución que haya hecho cada uno. De esa forma cada persona no sólo estará contenta por el logro grupal, sino que también se sentirá motivada por su aporte individual.
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